miércoles, 9 de abril de 2014

CUENTO: "¿A QUÉ SABE LA LUNA?"


 CUENTO “¿A QUÉ SABE LA LUNA?”
Hacía mucho tiempo que los animales deseaban averiguar a qué sabía la luna. ¿Sería dulce o salada?
Tan solo querían probar un pedacito. Por las noches, miraban ansiosos hacia el cielo.
Se estiraban e intentaban cogerla, alargando el cuello, las piernas y los brazos.
Pero todo fue en vano, y ni el animal más grande pudo alcanzarla. 
Un buen día, la pequeña tortuga decidió subir a la montaña más alta para poder tocar la luna. Desde allí arriba, la luna estaba más cerca; pero la tortuga no podía tocarla.
Entonces, llamó al elefante.
- Si te subes a mi espalda, tal vez lleguemos a la luna. Esta pensó que se trataba de un juego y, a medida que el elefante se acercaba, ella se alejaba un poco.
Así comienza este fantástico cuento de Michael Grejniec de la Editorial Kalandraka que podéis encontrar en nuestra biblioteca municipal.
Para hacerlo más cercano a los peques elaboré los personajes del cuento con imágenes plastificadas  y así fuimos conociendo esta fantástica historia donde los animales se ayudan unos a otros para conseguir alcanzar su sueño averiguar a qué sabe la luna…



Y llamó al ratón.
- Súbete a mi espalda y tocaremos la luna.
Esta vio al ratón y pensó:
- Seguro que un animal tan pequeño no podrá cogerme.
Y como empezaba a aburrirse con aquel juego, la luna se quedó justo donde estaba.
Entonces, el ratón subió por encima
de la tortuga,
del elefante,
de la jirafa,
de la cebra,
del león,
de la oveja,
del conejo
y...
...de un mordisco, arrancó un trozo pequeño de la luna. Lo saboreó complacido y después fue dando un pedacito al conejo, a la oveja, al león, a la cebra, a la jirafa, al elefante y a la tortuga.
Y la luna les supo exactamente a aquello que más le gustaba a cada uno.

Aquella noche los animales durmieron muy contentos ya que habían logrado alcanzar su sueño.

Nosotros también probamos a qué sabia la luna (en este caso repartimos trocitos de obleas) y cada uno fue diciendo a qué le sabía la luna.

"Esta buena", decían algunos, otros: "sabe a galleta", "a la luna", "a bocadillo",... esas fueron algunas de sus respuestas, incluso alguno dijo que no le gustaba...


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